Escrito por Luis Roca Jusmet
"Política y vida"
es el segundo capítulo del imprescindible libro de Nikolas Rose
Políticas de la vida. Biomedicina, poder y subjetividad en el
siglo XXI. Se publicó en inglés
el año 2007 y solo hay una traducción argentina en español, de la
editorial universitaria Unipe.
Estos
dos conceptos se definen históricamente y hay que ver el significado
que tienen hoy en la relación con la biopolítica contemporánea, se
plantea Rose. Por biopolítica entendemos, siguiendo las huellas de
Foucault, Se trata de proceso, iniciado en el siglo XVIII, en el que
el poder no decide sobre la vida y la muerte sino que administra la
vida en nombre del bienestar de la población, de todos y de cada uno
de sus miembros. Una primera etapa es la anatomopolítica del cuerpo
humano a través de la disciplina y una segunda, la más
específicamente llamada biopolítica, que consiste en el control y
la regulación de las poblaciones. Las dos etapas, sin embargo, se
mezclan. En parte están vinculadas a la expansión del Estado pero
en parte al desarrollo de sectores no estatales : religiosos,
filantrópicos, médicos... Biopolítica es, para Rose, las
estrategias para ocuparse de la vida a través de la regulación de
los nacimientos, la salud y la enfermedad, la vejez, la mortalidad.
Actuando directamente sobre los cuerpos e indirectamente sobre las
poblaciones ( estadísticas).
¿
Qué es la vida para la biopolítica contemporánea ? La vida nace
como concepción con la biología moderna. Antes existían seres
vivos, peor no "la vida". Aparece el cuerpo como el sistema
de subsistemas, como la unidad orgánica. Cuerpo vivo incrustado en
el cuerpo social. Pero a partir de 1930 el cuerpo se desplaza a la
molécula como unidad básica. El lenguaje de la biología pasa de
ser mecánico o arquitectónico a ser lingüístico : gramática,
sintaxis, semántica. O, a partir de 1950, relacionado con la teoría
de la comunicación y la informática. Mensajes, programas,
información, códigos, instrucciones. El gen se transforma, a lo
largo del siglo XX, en la unidad del desarrollo y de la herencia. A
partir de 1960 se reformuló en el marco de una metáfora
informacional : leer el libro de la vida. El gen era la unidad
básica. Pero la concepción del gen se volvió más reticular. El
gen no era el "gen de" sino que se enmarcaba en procesos de
regulación, expresión y transcripción.
Pero
con el siglo XX acabó la era del gen. Empezó el pensamiento
complejo. Ello implica una problematización, una resistencia a
reducir la vida a un solo factor, una pregunta no resuelta sobre la
diferencia entre lo vivo y lo no vivo.
¿
Qué es la política en la biopolítica contemporánea ? Las
intervenciones sobre la vida se entiende como una oportunidad, como
un facilitador de elecciones individuales. Hay toda una serie de
elecciones sobre el sistema de vida
Una
forma de biopolítica se instauró a principios del siglo XX con la
eugenesia. Estaba basada en la idea de una reproducción selectiva
para mejorar la raza, la nación. Estaba basada en una idea de
población que debía evitar la degeneración. El Estado se
presentaba como garante de la raza, de la nación, de su pureza.
Rose
analiza críticamente la concepción de Giorgio Aganbem y de Zygmund Bauman de la biopolítica como tanatología. El paradigma
es, por supuesto, el nazismo. Rose está de acuerdo en que las
estrategias y racionalidades tanatológicas de la geopolítica del
siglo XX son diferentes a las de siglos anteriores. Pero la
biopolítica que funciona hoy es la de las sociedades liberales
avanzadas. Aganbem y Baumann están en lo cierto en que en el siglo
XX no hubo distinción entre medicina preventiva y eugenesia, Incluso
en el nazismo se combinó una política de la muerte ( el exterminio)
y una de la vida, que era el desarrollo de la potencia vital y de la
sakud de la raza aria. Con el siglo XX se desarrollaron dos grandes
estrategias, que eran precisamente la de la eugenesia y la de la
medicina preventiva y la salud pública. La genética se convirtió,
después de la Segunda Guerra Mundial, en una política liberal
basada en una discurso que legitimada las práctica preventivas y
eugenésica. Todo ello en un marco en que que la distancia entre
voluntario e involuntario, consejo y coerción aparecen muy diluidos.
El Estado sigue considerándose el responsable de la salud pública
peor compartiendo esta responsabilidad con las empresas y con los
propios ciudadanos. Estos, cada vez más, son los que se consideran
los responsables de su propia salud. Pero con un poder pastoral que
cuida al rebaño. Vemos aquí las relaciones de poder denominadas así
por Foucault. Pero este poder pastoral no es jerárquico como era en
el cristianismo, donde tiene su origen. Es relacional, ya que se basa
en la interacción entre el ciudadano y el profesional que le
asesora. Sus ideales son la salud mental y la calidad de vida, no la
salvación.
El
espacio de la biopolítica contemporánea se basa en la concepción
de una individualidad somática abierta a la responsabilidad, a la
prudencia, al riesgo, al debate. Se trata de entendernos como cuerpos
pensantes capaces de elegirnos a nosotros mismo.
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